En estos días de confinamiento, nos estamos encontrando con numerosas oportunidades de reflexión y de silencio. Lo llenamos con múltiples ruidos, voces que nos mantienen ocupados, incluso yo diría «dispersos».
Cuando hay ausencia de ruidos, las calles están vacías, no hay coches ni personas trabajando, cuando sólo reina el «silencio», en ese momento es cuando somos capaces de escuchar esos pequeños sonidos que siempre pasan desapercibidos; los crujidos de los edificios cuando se dilatan o contraen, el suave sonido de la lluvia al caer, el zumbido de los tubos fluorescentes o de los pequeños electrodomésticos. Son sonidos secundarios, que suelen pasar desapercibidos; como el trabajo de las personas anónimas, que, como «duendecillos», por la noche limpian nuestras calles o recogen la basura que nosotros producimos; nadie los ve, quizá escuchamos el ruido del camión de la basura, pero es un sonido que ya está integrado en lo cotidiano; sí es su trabajo, y cobran por ello; y si un día hacen una huelga, notamos la consecuencia de su inactividad ante el creciente aumento de las bolsas de basura en las calles, y el peligro que ello representa para la salud pública y la limpieza de nuestras ciudades. Como en todas las circunstancias de nuestra vida, notamos más su «ausencia» que su «presencia».
En el silencio, por tanto, se nos presenta la oportunidad de ser agradecidos por esos pequeños sonidos de la noche, el trabajo de los anónimos, basureros, limpiadores, panaderos, repartidores, y tantos otros, para darnos cuenta de que necesitamos de todos; que para construir una Civilización de la Paz y del Amor, hemos de ser conscientes de que somos parte de una gran comunidad de personas que me aporta todo lo que yo no soy capaz de hacer.
Repito, no los ves cuando están, pero cuando no están notas su ausencia. Esto nos debe llevar a ser agradecidos ante cada persona que camina a nuestro lado ofreciéndonos su servicio, su presencia, sus cualidades. Un sincero «gracias» por nuestra parte, es una contribución enorme en la construcción de un mundo mejor, de un mundo de Paz y Amor.
¡Gracias!